Omniaplastantes espacios de tiempo
Que llevan al canto la palabra clara y constante
Que habita la brisa
Y nos huye al pensar quién somos,
Tal como el Sol y su sonrisa.
La doctrina yace al cuerpo de ello que no somos nosotros,
Hambre quieta de la realidad, palabras azules acompañadas,
Canta quien quiere
Y habla la noche en contemplación y calma quieta
Omniaplastante.
La doctrina yace al cuerpo de ello que no somos nosotros.
Siempre hay una inducción,
Retenerte en acción extendida
Postergando el divino arco
Que te aclama
Y te llama del amor
A tu rostro.
Ven,
Llámame en buscar,
Quiera el sol
Acompañarte y tal vez
Dibujar la palabra quien
Somos,
Palabra que pasa
Del canto al relato,
El tiempo,
La justicia y su proscripción,
Un Sol y el canto hondo del acompañamiento.