I
Cual amantes del vacío nos
reintegramos solos a la Aurora,
MEXICO ATENCO (Photo credit: Jesús Villaseca Pérez.) |
Sin decirnos jamás del tiempo
Kukulkán,
Un susurro y el nombre del oscuro
reparo.
II
Todo lo que trama el Sol ante
nosotros
no somos,
no estamos, más ahora las aves
nos contemplan
cual si fuéramos nosotros del
humo la voz,
nuestras oraciones.
III
Nos debemos ya la devoción
Kukulkán
más ahora al canto
apenas susúrrale el llanto las
palabras de aquel oscuro farallón,
las cosas,
tus hombres,
el nombre debajo del morado monte
de terrón en terrón,
a los peñascos y en las cavernas
uno a uno al Occidente,
de los venablos en los
desfiladeros del venado
donde de tus sueños vimos lo hoja
de su voz,
Todos tus hijos Aurora,
Todos tus hijos nombrados los
venados,
Juntos,
Todos tus hijos descollados,
Desangrados todos juntos entre la
luz y los relámpagos del Sol.
IV
Ahora se dice que viene el tiempo,
a robarnos…
acurruca a la paloma
en una palabra que dice,
cuando ésta ya dice y se embarca
toda azul a los templos,
de quien a la cornisa alado,
aquél que hizo de la gruya la
palabra divina que en viento nos huye,
de la cal nos hizo y nos huye,
todos nuestros ixtles,
nuestros ixtles
carcomidos por el suelo.
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