Planeta Olivo (Photo credit: Rufus Gefangenen) |
Y quien va dios,
no quiera,
leones,
lágrimas de sal
y todas ya que mis palabras de ti se deparan,
palmera de sol,
lágrima a la brisa,
planeta en aquiescencia del mar a tu devoción destemplada,
tal vez el huracán que terco te llama.
Quien va,
quiera nombrarte
siempre
no puedo,
es sucia devoción quien lo conviene.
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