Punto, punto, punto.
Estas palabras no
se mueven.
El resultar de lo que resulta por resultado,
la disposición objetiva
objetivada de la resultalidad
–lábrese un camino que llegue a usted mismo- es,
el investigador mismo.
El suspenso abruma en la sala.
[después el papel y entonces sí,
el silencio]
Pasa el ángel.
Se apaga la cámara.
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