Lento de paz, ciega invocación
y tu arrullo,
despacio así la carne respira,
inhala, exhala y toda la noche tu cuerpo es del Sol -
Entre yo saliste tú,
nosotros-.
Luego nosotros
y la noche eterna que llora en el balcón
ríe por las mañanas y nos roba en llanto cada aliento;
solo murmullos en la noche cuando duerme.
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