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Kline |
Lo propio o lo impropio de toda práctica, hecho u acto de lenguaje,
vienen del lenguaje instituido y comandado. Nada de lo que atañe a lo
humano, hace o puede en ello abstenerse, y es que esto, el ser ahí del
nosotros en la lengua, constituye a la humanidad misma. Lo entendido de
Dios no es Dios ni de Dios mismo, sino solo nosotros, el manejo - e
inercia, que es un Oceano - de nuestra impronta. La distinción entre la
Realidad y la figuración de la lengua, ese seccionar de entre la
experiencia y la metáfora, bueno, esa experiencia es sólo la
interioridad de la metaforización, ¿qué de ello, en la totalidad del
ente, puede de ello abstenerse? Allí, de esa negatividad, es donde
siempre hemos hallado al Dios vivo.
Quizás la experiencia es "la interioridad de la metáforización" ...y también quizás toda interioridad es la la metaforización de la experiencia
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