Quien mira,
Y si el verso te retiene
La noche ya te sabe diferente,
Siempre en la roca,
Siempre en la corriente,
Siempre despeñando el canto
Y penando un fulgor miserable,
Tanta severidad construyendo la ciudad en tan horrible valle;
En cada callejón me encuentro una gata pariendo gatos.
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