Naturalización que a
decoro suscribe nuestro sur en vuestro pecho,
Una pregunta acaso,
Tal vez sólo el paso,
Nada quien sujeta ya siempre
en atención se impacienta,
Sangra hable
De su lengua el amarillo es
distinto señor,
Así de quienes detrás el
viento oscurece.
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