Ya mi corazón así de adorna

Alma y razón, Pieza de resguardo,
Dos cuerpos juntos

- Ya mi corazón así te aclama -,
Uno ciñéndolo, otro ceñido,
Un ángel o lo que resta de la Montaña,
Juntos los dos un símbolo.


Hasta el final Castor y Pollux
Conocen un camino.

Ya pasas

La figura tiempo ha pasado,

Ya la dominas en estampido de esplendor,

El fuego, la lancha, o aquel marinero de la orilla que nos saluda,

Un faro destemplando en quien ya pasas.

Expresiones,

Expresiones de lo que sin duda alguna fue noticia;

Antes de cualquier fantasma estaba el bosque.

En tonos me sumerjo azul en la vanguardia

Palabra y devoción al caso,

También su respuesta,
Un unicornio o un planeta,
También la temeridad contenida en la Magia,
Las siluetas omniaplastantes de tu infancia
Y la risa infinita que te aniquila cuando habilita la voz que te contempla;
En tonos me sumerjo azul en la vanguardia.

Noir

La apuesta,
Perdedor y derrota,
Acto acción y acontecimiento,
El entrepaño de la aurora.

Casi de la noche
Apareces,
Apareces,
Y la noche ya te llama en quien aguarda la noche
Y así jugar y después perderse.

Capataces al plexo

Suave y pesado,
Cálido y quieto
El poderío de mercado te aguarda sentado,
Riendo,
Devorando amarillo tu recuerdo,

Cálida rosa devorada en recuerdo.


¿Qué dónde brilla la mentira? Es tu cuerpo
Y el ave llora,
refulgiendo oscuros relatos que pasan y desenvuelven el éter Ámbar del tiempo.

Despacio Lector, después sucedido

Belleza exasperada,

Abstraída de sí y contenida por estrella

En la Fiebre de Sol de una sonrisa:

Es la exasperación de su errancia en quien se recubre el resguardo.

Oh cruel vasallaje,

Si comprendes y no te llama al servicio,

Comprende quieto que los viejos héroes no mueren nunca con honra,

Mueren ciegos ignorando deseos 

y amando oscuros reparos

que ahora aullarán tu nombre al ocaso,

Después es nada.

Cuenta cuerdas y noches de fuga

Desenvuelto tu llanto en llamas de memoria

Y necios versos que no cejan en su vanidad

Demente, incendiando toda entidad

Por ofrenda ante el Sagrado.

A mí no

Y comenzar el comienzo,

La ensoñación y la negra tarde en que ya te implica venir,

Y vienes,

Y estás ahí y aúllas,

Demente estallando el Cosmos en tu infinito,

Pequeño dragón que a todo acontece;

Es la magia del signo.

Iluminaciones que hace la cuenta

Vi la sangre de los dragones alados hablar,

Hablaron guerra, muerte,

Seducción y penetraciones deicidas,

Cantando hastío, hablando nada,

Soñando versos infinitos

Dedicados sórdidamente a nuestros propios penes erectos.

Dime Señor, tú que callas,

¿Es más cálida la refractancia del coño

O el ano de un converso para suscitar

Tu dorada palabra entre los versos?

Admirable posición la del Nuevo Mundo

La palabra sujeta
a la contextura de la carne
una punción y un maleficio,

que ya no sangra
y que después nombramos Hombre;

Viene de Paz,
y después aplaudimos

Abasto

A la noche 

Y en la vanguardia fuiste rumbo a los hechos,

Cabalgando quieta estampa

A contemplar los cerros,

Ellos flanquearían el Ocaso

Frente a tus tropas;

Amaneciste muerto.

Imperium

Muerte, 

la buena Muerte que te acompaña,

Quieta pasa como por cosa y se acostumbra en pasar,

Disuelta por el olvido en todas las Verdades

El Agua va,

La noche reposa detrás

Aún irasible a causa del Acero.

Por demás es consistente en que la institucionalidad y su sectarismo fraccionen la unidad administrativa del Estado.