Aliento y señor mi sueño,
Vendimia y la estabilidad la tarde
También la tarde,
El recreo y la posada,
La periodicidad y tu risa,
También las castañas y el recuerdo,
Todos los muertos quienes amparan la brisa.
En la tierra pisotamos los cráneos, quemamos praderas y marchamos,
La simiente que no abandona;
Soy hija de la gradiente del desierto,
Hermana de los dragones del desierto.
Hay un vector movimiento que nunca penetra nuestras razones.
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