El espíritu obra de fuego donde quiera se entretiene,
Es mejor distender las almas y cobijarlas inquietas a su resguardo,
Tal como el Amor, cuando las certezas se acaban y en el lecho volvemos al silencio y a la miseria de nuestros cuerpos.
Yo le mentí de cruces
Alma en la conquista sin nombre,
Su rostro era la misericordia del fuego.
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