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domingo, 26 de septiembre de 2010

Realidad alterada

¿Realidad alterada? ¡Por favor! Hemos de suponer antes que toda realidad ya es una alteración.
Esto es justo lo que Hegel descubrió, que la realidad es la duplicación del uno en el autoreconocimiento de sí, la alteridad. Pero el uno no se puede suponer un momento precedente de la alteridad, sino un momento total donde alteridad ya es su constitución en tanto ser-ahí.
Ahora bien sobre la experiencia, ella es el ahí del ser-ahí en la apertura del claro que es ella misma desde el advenir del ser. Este advenir es el estatuto de universalidad que en Heidegger, y ya no en Hegel, posee la interpretación. Pero… entonces… ¿a qué buscar una teoría de la experiencia de la historicidad y no la historia de la interpretación de la experiencia? Por que experiencia es lenguaje.
Aquí Ankersmit se mantiene en la historiografía. Si señala la continuidad entre el historicismo decimonónico y su precedente histórico, la Ilustración, con quien aquél intentó romper, poco antes él mismo, debería sopesar sus juicios e interpolaciones, que jamás interrogan qué es historicidad y por dónde transitan los caminos de la analítica existenciaria del Dasein justo en su transversalidad respecto al concepto común de tiempo. Propiamente, la lógica de la presencia, esa misma que inaugura nuestras nociones de presente-pasado, y por tanto, todo intento de comprender tal cosa como la experiencia.
El advenir del ser en tanto evento-apropiador (Erignis) no puede ser experimenta, ni lo será pues toda experiencia ya depende de él. Esto señala el primado de la palabra (¡De quién y qué!)
Lo ontológico o lo epistemológico no son un efecto cuando ya son el medio de la producción, e incluso, la productividad misma; es decir, su ley interior siempre efectiva, es decir, efectual. Onto-logía, epistemo-logía son la ley lógico-presencial del hacer en el tiempo preciso, propiciado y olvidado de su propio artificio, estableciendo el ahí que ha borrado sus propias huellas, las marcas de la creación transcendental. La forma de la forma.

Quieres ejemplos cuando de aquí sólo se pueden seguir efectos. Antes tendrías que interrogarte qué es un ejemplo, y es que el ejemplo ya siempre es la re-presentación de aquello dominado como Justicia justo por la ley lógico-presencialista y presentificadora en términos de productividad onto-epistemológica racionalista.

Paradójicamente en la búsqueda del contexto, se aniquila cualquier textualidad, el decir de la palabra en el eterno retorno a su entretejido y su estrategia significadora-significante. El pólemos de comienzo.

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