Caminaba esperando los colores de mi vida,
naranja para lo que callo,
azul como lo que pierdo,
negro para mi espanto,
y blanco como lo que nunca quiero.
Callo, pierdo, espanto, quiero.
Caminaba esperando los colores de mi silencio,
así los antros salieron al encuentro.
Busqué entonces los colores de la tarde;
al perder mi vida, todo lo vi
en grises ocasos.
Busqué todo aquello que anhelo,
pero nunca lo hallé entre los crayones del abismo
o los oleos de Picasso.
Busqué entonces cerrar los ojos,
no había luz pero todo lo vi blanco.
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