Me robaron la tierra una tarde de verano,
Entre el canto de las aves y el silencio del ocaso.
Me robaron la tierra una tarde del tiempo,
Cuando las manecillas se pararon
para escribir la letra del “no me arrepiento” .
Las manecillas fueron antes como abejas en flor,
pasear el sol entero al amparo de la sombra y la briza.
Las abejas eran antes como un poema,
alando el viento entre cada verso de vida,
de rima y misterio.
Me robaron el alma en un sorbo de viento,
la tarde cayó en aguacero de derrotas y silencio.
Un ala no aletea, eso la haría una aleta.
Resulta curioso observar cómo transvertimos al cielo
para convertirla en negra mar.
Mismo caso que el las sirenas.
Cualquier tarde del tiempo, tus versos harán nacer la nueva tierra, ya sembraste cadáveres en su momento, ahora sobre el abismo tendrás que hacerle nuevos diseños a la existencia. Felicitaciones
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