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martes, 29 de marzo de 2011

Contemplaciones I

"The sleep of Reason creates monsters&quo...
"The sleep of Reason creates monsters", etching and aquatint by Francisco Goya (Photo credit: Wikipedia)
(Los filósofos y el pensamiento)

Vine a recoger el color de tu sangre,
Sólo me encontré con tus migajas.


(...) Alrededor, sólo las aves. Imaginemos algunos casos simples de producción historiográfica, el caso de una biografía y el caso de una historia general de la filosofía. En una ocasión me dijeron que no veían el caso de plantear dos ejemplos hipotéticos, mucho menos al hablar de historia. Pero justo ahí es donde tiene pertinencia el ejemplo, que hoy, cuando nadie sabe qué significa historia, lo que históricamente se nos demanda, se nos requiere, es simplemente poder pensar qué significa esto, simplemente se demanda saber qué significa significar. El primer caso, la biografía, olvidemos quién es el autor, el biógrafo, quién el biograbado. Simplemente interroguémonos sobre aquello que se requiere saber al momento de hacer una biografía de alguien más. Cuando hablamos de la fecha de muerte y la fecha de vida, cuando pensamos en sus padres, cuando damos un excurso sobre sus relaciones amorosas, sus amados y amantes, ¿estamos pensando en eso que es importante? ¿Trascendental? Cuando hablamos de la vida de una persona, ¿qué significa trascendental? A tal sentido “trascendental” debería ser aquello que deja huellas, que deja marcas. “Trascendental” nombra aquello que se pierde en el ir del sí mismo, aquello que, para los de atrás, permite hacer un seguimiento del camino. Son los signos que refieren el tránsito de aquél cuya biografía se propone pertinente. Estas tres ideas dicen lo uno y lo mismo. Pues que sí trascendental debería ser aquello que deja huellas, aquello que se pierde en el ir del sí mismo, y aquello que hace un camino, no es posible que “trascendental” sea erogado o mal comprendido al hacer una exégesis de mi texto; más bien se tiene que poder comprender todo para poder ser conciliado en el pensamiento mismo del pensador. No existe la contradicción, es el ser, el ámbito y el evento, lo uno y lo mismo (De aquí ya podríamos decir qué significa el pensar del filósofo, yo mismo). La multiplicidad acaecida de instantes ante un único proyecto, el ser-ahí de ése que es la ocasión de la investigación. ¿Qué quiere decir esto? Trascendental, en la propiedad metafísica del concepto, señala la pertinencia de la forma, es decir, el sentido apriorístico de su participación en el juego del conocimiento. Tal pertinencia sólo puede ser contemplada con ocasión del pensamiento del ser-ahí que piensa el ente. Ahora, que si ustedes me preguntaran qué significa “forma” lo diría de esta manera: la forma es una obturación a una secuencia fenoménica dada, de ahí se procede a la re-iteración, no sup-l-e-mental, no com-pl-e-mentaria, más bien elemental, pre-poniente del eso mismo obturado, el sí mismo, tiempo-espacio de mi meditar, lo que está por debajo de mis ideas, la condición de posibilidad de la comprensión del sentido del ser del ente, lo que de común llamarías “cuerpo”, pero que, en propiedad, no existe y simplemente se llama “amor". Ésta es la forma donde se hormaron mis zapatos, “el ser es, el ente no es.” Yo camino descalzo. En mi ciudad, ¿quién crees que pueda seguir mis pasos? Mi vida, mis amantes. ¿En el mundo?
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2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. cuentan los que saben que alguien quiso definir de una vez y para siempre lo trascendente, trascender, ahora para mì, es tras-hender. Para la fonética es lo mismo y hasta la diosa semántica parece con-fundida ya que si des-articulamos un nivel de la lengua probablemente otro ya no se sostenga en ninguna piedra. La historia es polisemia, poeta, algo que significa y re-significa sin sedimentar nada. Hemos visto la mitad del rostro de la historia siempre, ahora vamos a ver el lado oculto?? querer definir , obturar la re-significación de los conceptos, nos hará girar siempre en ese extraño amor por el cuerpo de conceptos eurocèntricos (por no ir màs allá). Creo en Borges, quien subordina la historia a la literatura. La historia siempre tuvo buenos zapatos, para darle forma a su propias huellas en el mundo. Cosa que tal vez no saben sus amantes. Ahora re-pregunto qué es la forma??

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