Al explorar horizontes varios,
metalizados –quería descubrirte,
quería olvidarte – se engastan los trozos de ámbar,
fusionados, confundidos, derretidos, olvidados,
arrojados a la alabanza del grito de memoria.
Son memoria que fracciona al evento,
le confiere forma, pluraliza y separa ,
los narra para procurarse llanto,
para colmar las causes que nutren al árbol,
lo que resina causal del lamento, que apresa,
que ensucia el viento, que inesencia al campo
de lo que un día fueron rostros
y ahora son huellas de las pisadas del viento.
[Pero el día ya es viento sometido al hilo de metal]
realmente bello y complejo. colgar del hilo de metal....y empezar a contar.saludos
ResponderEliminar