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miércoles, 2 de febrero de 2011

Hay una gran vergüenza en mi alma que no es mía

Creo que lo más frustrante de la ira es que no conoce principio o fin, en ocasiones la soledad sólo grita ante el espejo. En ocasiones quiero llorar, pero no sé, siento que las lágrimas atañen a ninguno, como si fueran mías pero sin ser mis ojos. Siento tristeza, añoro un imperio que no fue mío, una estrella que aguardo estalle en supernova (1604).
No creo que Latinoamérica sea nuestra tierra (Francia, 1862), por ello evito esa palabra siempre que puedo; pero, sin ella, a qué me refiero. América para los americanos, sí, pero antes fuimos parte de un imperio y ahora somos tribus solitarias sin más vínculo que estos primeros canales que la tecnología tolera. No hay desiertos en nuestras estepas.
Extraño a todos esos hermanos que no he conocido y donde encuentro en ocasiones una añoranza que grita en eso que entiendo desde mis propias emociones.
No es que me cueste continuar, pero en ocasiones la penumbra es tan interior que no sé como atañen o retumban los gritos al abismo.
Hoy quiero llorar.
Hay una gran vergüenza en mi alma que no es mía.

1 comentario:

  1. Poeta que duda de sus certezas es un poeta sabio, ya empieza a derrumbarse la vergüenza(aunque no sea tuya)con la ira,cuando màs separaciones hay màs fácil es la dominación, te lo dice una extranjera que de golpe se metió a decir algo de tu cultura y que siente algo similar, por los imperios y las cosmovisiones destruidas.Todo nos atañe, aunque hoy parezca que no, fuimos arrasados, lo que no conocimos, ya no està disponible, sólo lo que pudo salvarse ahora "es". hay que buscar esa luz o haràs que las tinieblas prevalezcan. Un beso

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