Amor del Mundo

A,
el gran pico de la Montaña,
vista de pájaro

y la instrumentación de la cosa
por la tempestad,
cálida en tormenta si te anuncia
Amor del Mundo.

Noche sin tregua

Noche de paz y acurrucado,

Tiempo nosotros, tiempo de paz y tiempo acurrucados.

Quien ya no vuelve,

Y que avanza de paz quieto de todo.

Solo el Viento

Un clavel como todo,

Cálido y estólido aliento de Sol como todo,
Que lo enviste,
Y le resguarda en clavel como todo:
Sacrifica mi corazón a la Noche.

Ángel Guardián

Pedazo azul del cielo,
Dulce decoro y la sangre y la tempestad ya vuelta nada,
Quien calla
Y el necio arrebato del Cielo Naranja;
No es tu rostro.

Cielo razo

Causa y proporción que encausa la zona, la propone

Y le llama a bailar la calle, 

Le condiciona,

Canta relatos y habla la calle,

También la invita a bailar hasta la náusea,

Sin atender nunca cuál sea el valor

De la palabra o las afecciones del sonido.

Allí abre la puerta y encuentra la calle,

Allí la matemática se pierde e implora,

Soñando que amanezca quieta en su hora

Con toda la oquedad de su quieto relato.

Todo es nuestra mano y la muerte

La forma,
La forma,
La forma,
Todo es nuestra mano y la muerte,

Inicio por un poema,
Hoy soy un cuchillo;
No pidas mucho de mí,
Sí de la vanguardia.

La desolación que nuestra nada nos procura
Inicia por un poema,
Hoy soy un cuchillo:

Nada habla y es nada quieta,
Recursa toda herida,
Sangre maldita,
No pidas mucho de mí.

Guardianes en las cavernas de nuestros ancestros

Las palabras, 

todas y cada una de ellas me confieren una presencia de Mundo,

cualquier explicación es suficiente: 

nada es, todo es falso,

y la vanguardia pasa cálida y quieta en vanguardia

y estampa.

Todos hablan el mismo viento desolado de sol,

acurrucados apenas de nuestra memoria y encanto,

quieto entonces aguardando

el aliento creador quien los disponga de todos los juegos

y el remedio,

la contemplación.

Mierda de paloma por toda la banqueta

Abierta de paz,
cálida y quieta,
ciega y soberana por donde a todo sucede,
la estampa,
viento al ocaso,
y la luz que cálida y quieta mira la hondura
en quien nadie calla
y a todos embiste 
de gris y de alpiste,
Mierda de paloma por toda la banqueta.

Que a todos ahoga

Y de la noche que te resguarda

Canta la hora una paz acostumbrada, 

Que nadie calla, que nadie habla, 

Que no viene al lenguaje 

Y no tienen manifestación para nosotros si no es la estrella titilante que te aniquila.

Y la vía va

Arrancando el alma y contando relatos,

Sembrando alma

Y quieta la cosa 

El control de la regionalización de la entidad.

Filoctetes

Y acaso de mis impuestos aun me añoras,
Cantando hambre y soñando siempre,
hablando quiera en razón de la dimensión y el

bocado
En la cual llama la gente el corazón que implora,
Cantando hambre de toda la gente
Al silencio en el cual nuestro festín transcurre:
El Viento Ocurre, Ilion me añora;
Nada púes como ignorar una metáfora y después explotarla.

Lo figurativo

Y de allí,

Lejos de mi sombra,
Me oyes y escuchas pasar,
Y paso,
Lento estrujo y fracciono tus costillas,
Quebrando tu esternón.

De alma

Y de cuerpo llevo recostado tu cuerpo

Tal por el azul y la gravedad

De la Necia silueta acostumbrada de todo

Y la necia Tiranía y tempestad,

Ocaso de carne sacrificada de Nada.

De Nada otorgada cálida en Nada,

Negando vida y quieta al pensar,

Qué pasa,

Y Nada pasa detrás acostumbrada.

Es del color que aparece en tarde

Tarde y desgastado
El buey aún labora,
El torpe arado aún dispone contra la Tierra el furor del hombre por dominarla,
Por concebirlo todo y cosechar
Nuestra gran cosecha de sorgo.

Lenta la noche ya nos desenvuelve,
Es la luz adecuada para mirar el suelo
En vuelta de nuestras chozas.

Tenemos tres meses de Libertad para administrarnos.

Sitio

Esta misma hambre,
La misma barbarie,
Sitio.

Uno a uno somos, exhalación, inspiración,

respiración y sudor,
Mineral, agua y temperamento.
Sonrisa, vanidad.

De la fe someterse,

Del poder la voluntad de juego del poder y fugarse.

Quererse paz y querer fuegos,
Solo los dos corazón el mar,
Y otro, Y otro,Y otro.

Tierra en el Todo

Alma de cerro,

Cerro de carne

Carne de mar

Y el cielo acurrucado...

Don de Dios por donde la tormenta fluye,

La salinidad que de la playa la tierra al núcleo en filtro incorpora.

¿Cómo y dónde llegó el hombre al Oro?

Un poquito de silencio para terminar y pudrirse lento

Entre las rocas y la tierra junto al mar.

Apología y la revelación que implica el milagro

Palabra y corazón,
Corazón al ocaso,
Calidez y la tarde los dos juntos,

Tranquilos de pie ante el Sol.


En amaneceres convocas el sueño,
Le aplastas,
Cordura de seguir simple en razón de perderla,
Y después perder así
Toda la mediocridad de nuestros versos.