Las palabras,
todas y cada una de ellas me confieren una presencia de Mundo,
cualquier explicación es suficiente:
nada es, todo es falso,
Todos hablan el mismo viento desolado de sol,
acurrucados apenas de nuestra memoria y encanto,
quieto entonces aguardando
el aliento creador quien los disponga de todos los juegos
y el remedio,
la contemplación.
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