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domingo, 19 de junio de 2011

Eventualidad de lo evidente

Un signo tipado uno detrás de otro, un sonido que emerge lleno de sus sueños homicidas, desolados.

El material es el “en” de la técnica, el lugar donde se ejerce una práctica.
No hay tal cosa como materia prima o encontrada a la inercia de su propio capricho. ¿Dónde acontece ésta? La materia posee un juego fundamental pero como espacialidad del producir, su donde.

Lo puntual de lo material como espacialización presente es exacto por ser presente, [ya observable]. Con ello se evidencia que por detrás de la espacialización sucede una temporalidad que es ocultada por su propia conferencia [la especialización como temporalidad oculta de su propia confección].

La realidad no reside en algo así como las condiciones materiales de la producción, a menos que se entienda por condición material de la producción la propia disposición de la representación.

Los peligros que esto último implica se juegan en el estandarte atemporal que la materia guarda para con lo real de lo existente: necesidad ¿Y si por condiciones materiales se hablase de materialidad? La materialidad necesariamente conlleva al presupuesto de la condición de su evento, el ser-ahí de la materialidad.

(“La especialización que aquí ha sucedido es insoportablemente ridícula”- sucede una temporalidad.)

Lo material es elemento esencial del producir (de la poiesis) cierto, pero la realidad es el curso de acciones que asignan significado a otras acciones, produciendo y reproduciendo sentido, la reefectuación del Mundo: signos.

Y es que ahora el elemento se ha desintegrado [la física atómica como una matemática disgregal – geometría euclidiana – metafísica de la idea: permutación metafísica del espacio interno, física mecánica – movimiento de la totalidad de la conciencia] -, pero con esto simplemente se ha despejado al elemente: esto también se llama la muerte de Dios:

La simpleza del acto llama a la fuerza del instante,
El instante convoca para llamar al mundo,
Es la fuerza de la tierra que palpita pura,
emerger siempre pura de nuevo

Mundo y segundo: Designio.

Epimeteo y la dotación de mundo.

¿Para quién ha emergido la tierra?

“Del cielo cayó una caguama,
era Carta blanca,
era Carta blanca.”

Para las condiciones materiales del destino.

La emergencia de tierra se llama humanidad. La ecuación nombrada en dos puntos dice teología-escolástica.

Entre la tierra y el mundo se interpuso la iglesia, entre la polis y el Estado está la humanidad del mundo: el cuerpo maliciente de Cristo: la historiografía de la escritura en occidente: el historial de la cruz: la fenomenología del espíritu: la antigüedad y los tiempos modernos.

¿Alguien ha seguido las conexiones eventuales que guarda la filosofía trascendental ante la catolicidad del cuerpo de cristo?

La catolicidad del cuerpo de cristo es el emerger de la tierra interpuesto por la iglesia como mundo [sólo desde aquí se puede hablar de visión de mundo, por ejemplo].

Las condiciones de posibilidad no pueden ser enunciadas sin antes haber cumplido su mandato efectivo [Novela.]

El no poder ser enunciadas de las condiciones de posibilidad subyace al olvido del ser-ahí de la negatividad: lo material [La marcha del Quijote por la Mancha].

[Edad media
La materialidad como el pueblo que ya siempre se encuentra sometido a la ignorancia del cuerpo: dinámicas del pecado (Libre y siervo arbitrio)]

El mundo pío

La depotenciación de la espera, la positividad del no poder que aguarda y desespera, se llama fe en el Estado como se llama ciencia de la lógica a la culminación espiritual del sistema.

Sola fides

La depotenciación de la espera, la negatividad de la materia que emerge al mundo antes por el dominio escrito del ninguno: posesión como necesidad de sometimiento y como amor fati del instante.

Ambos caminos ya se inscriben en consuno con la totalidad del tiempo transitado en la aspergencia rastreable entre cada una de las cruces que llaman y recuerdan el múltiple tránsito del señor por su camino, en cualquiera de sus eventualidades: sospechosa puntalidad de lo presente ante la mano: El tiempo recobrado (pero nadie me paga por haber leído al señor Proust)

Seria necesario poder pensar en las condiciones de posibilidad y en las condiciones materiales de la física atómica, de la geometría euclidiana, de la metafísica de la idea, de la metodología que propone a los tiempos modernos, la física del movimiento que sobreentiende al tiempo como movimiento de la totalidad de las esferas, etc; pero la antinomia suscitada ya tiende lo hablado: La historicidad.

La cuestión es el entendimiento del todo, la entidad del ente depotenciado, dominante, quien calla callando cada uno de los gestos que marchan eternos, epocales, medio de la multitud desollada de sus pliegos increados y medio de los vientos alisios que transitan del tiempo consumido a la disolución del segundo en arte, en espacio, en ninguno.

1 comentario:

  1. A veces me pregunto, cuáles son las condiciones materiales del destino...y siempre termino pensando que es en la forma en que el lenguaje se apropia de lo evidente donde reside todo el misterio.Porque la lengua también tiene sus átomos, su materialidad y su fuerza, atravesada en
    la linealidad del tiempo, o en sus fatalismo, las mil formas de lo fractal

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