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viernes, 22 de marzo de 2013

Bienes, posesión y propiedad El puente al Ocaso






Hércules.-
Todo lucía ageno de tú y yo aquella tarde.

El ángel.-
Aterradas las cosas que dijimos sin causa,
Un futuro nos convoca,
Tendemos baza.
 
Hércules.-
No soy entonces la oscuridad del puente.

El ángel.-
Era menester que todo cursara estos vapores
Y toda la sangre.

Hércules.-
¿Y a quién el venir el ser así quien pasa?

El ángel.-
No eres tú guardián de la calle,
Sólo llora,
Resguarda tu pasión para algún otro Cristo,

Escucha,

Las tropas hablan de ti,
Te hablan su señor,

Hércules.-
¿Convocan al señor o al guerrero entre las tropas?
Soy viejo,
Mis manos me traicionan,
Y ya no es la fuerza quien habla el hombre quien fui.

El ángel.-
Tus hijos vienen,
Te provocan,

Hércules.-
No pedí esto, yo no tendría que estar aquí,
Yo soy un héroe, no un tirano.

El ángel.-
¿Así entonces renuncias a la presteza del fuego?

Hércules.-
En vanidad me consumo,
Me llamo en rededor las horas,
Una vida en paz,
Una vida en paz reclamaba cuando era un diablo,

No consentía esa animadversión.

El ángel.-
Y les diste paz,
Trajiste en paz un mundo para sus hijos

Hércules.-
Los mismos que hoy se baten al píe de la acrópolis.
Los aceros no son los mismos.

El ángel.-
Algo cambia, sólo requieren de su Señor
La confianza, ese voto de confianza en un venir,

Hércules.-
¿Más qué mañana les nombro?

El ángel.-
No quieren futuro,
Quieren el canto de guerra que infunda sus aceros
De espíritu y calor,
La Marcha,

La Marcha bueno,
Del Tiempo sólo yo y mi espectro nos cuidamos,

Más mi Señor, la sangre,

Hércules.-
La sangre señor hablas,
derraman algunos la sangre de sus hijos.

El ángel.-
Otros derraman la sangre del padre,
Reclaman todos a uno lo mismo la piel de tu voz,

Tu ausencia.
Son guerras fratricidas las que de tu temor sembraron el Valle.

Tus hijos hoy disputan el trono,
Y han tendido todo eso en gravedad a bien de arrancar un trozo,

Un trozo incierto de mí.

Hércules.-
Un trozo Incierto de ti a la oscuridad del Valle.

El ángel.-
Luchan por tus hijas,
Luchan por reclamar en tu nombre la paz que les legaste,
Eso te reclaman,
Sólo eso te reclaman,
Tu ausencia en los hechos del combate.

Hércules.-
¿No es debilidad entonces mi hambre?
¿Y las amenazas de Pelope?

El ángel.-
Como hombre fuiste un tirano señor,
Hoy mueres,
¿nombrarte?

Asesinaste a tu propio padre,
Pelope tu hijo también muere,
Fueron tus hazañas los que los fundaron,
Nos dieron Templo y este verde Valle,
Más la tierra no dará testimonio de toda tu hambre señor,
No dará testimonio la tierra de toda tu hambre.

Hércules.-
¿Me apresto?

El ángel.-
Te aprestas.

[Hércules corre las ropas de su tienda en la Montaña,
Sale,
Habla al Valle]

Su espectro.-
El gobierno de las formas y el gobierno de las costumbres,
La composición de la imaginación de su certeza,
La acumulación de tempestad y fuego
Permanece acurrucado a su costa
En su certeza,
Ya no miras, descansa en mi regazo
Hermano mío.

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