Hércules.-
Todo lucía
ageno de tú y yo aquella tarde.
El ángel.-
Aterradas
las cosas que dijimos sin causa,
Un futuro
nos convoca,
Tendemos
baza.
Hércules.-
No soy entonces
la oscuridad del puente.
El ángel.-
Era menester
que todo cursara estos vapores
Y toda la
sangre.
Hércules.-
¿Y a quién
el venir el ser así quien pasa?
El ángel.-
No eres tú
guardián de la calle,
Sólo llora,
Resguarda tu
pasión para algún otro Cristo,
Escucha,
Las tropas
hablan de ti,
Te hablan su
señor,
Hércules.-
¿Convocan al
señor o al guerrero entre las tropas?
Soy viejo,
Mis manos me
traicionan,
Y ya no es
la fuerza quien habla el hombre quien fui.
El ángel.-
Tus hijos
vienen,
Te provocan,
Hércules.-
No pedí
esto, yo no tendría que estar aquí,
Yo soy un
héroe, no un tirano.
El ángel.-
¿Así
entonces renuncias a la presteza del fuego?
Hércules.-
En vanidad
me consumo,
Me llamo en
rededor las horas,
Una vida en
paz,
Una vida en
paz reclamaba cuando era un diablo,
No consentía
esa animadversión.
El ángel.-
Y les diste
paz,
Trajiste en
paz un mundo para sus hijos
Hércules.-
Los mismos
que hoy se baten al píe de la acrópolis.
Los aceros
no son los mismos.
El ángel.-
Algo cambia,
sólo requieren de su Señor
La
confianza, ese voto de confianza en un venir,
Hércules.-
¿Más qué
mañana les nombro?
El ángel.-
No quieren futuro,
Quieren el
canto de guerra que infunda sus aceros
De espíritu
y calor,
La Marcha,
La Marcha
bueno,
Del Tiempo
sólo yo y mi espectro nos cuidamos,
Más mi
Señor, la sangre,
Hércules.-
La sangre señor
hablas,
derraman
algunos la sangre de sus hijos.
El ángel.-
Otros
derraman la sangre del padre,
Reclaman
todos a uno lo mismo la piel de tu voz,
Tu ausencia.
Son guerras fratricidas
las que de tu temor sembraron el Valle.
Tus hijos
hoy disputan el trono,
Y han
tendido todo eso en gravedad a bien de arrancar un trozo,
Un trozo
incierto de mí.
Hércules.-
Un trozo
Incierto de ti a la oscuridad del Valle.
El ángel.-
Luchan por
tus hijas,
Luchan por
reclamar en tu nombre la paz que les legaste,
Eso te
reclaman,
Sólo eso te
reclaman,
Tu ausencia
en los hechos del combate.
Hércules.-
¿No es
debilidad entonces mi hambre?
¿Y las
amenazas de Pelope?
El ángel.-
Como hombre
fuiste un tirano señor,
Hoy mueres,
¿nombrarte?
Asesinaste a
tu propio padre,
Pelope tu
hijo también muere,
Fueron tus
hazañas los que los fundaron,
Nos dieron
Templo y este verde Valle,
Más la
tierra no dará testimonio de toda tu hambre señor,
No dará
testimonio la tierra de toda tu hambre.
Hércules.-
¿Me apresto?
El ángel.-
Te aprestas.
[Hércules corre las ropas de su tienda en la
Montaña,
Sale,
Habla al Valle]
Su espectro.-
El gobierno
de las formas y el gobierno de las costumbres,
La
composición de la imaginación de su certeza,
La acumulación
de tempestad y fuego
Permanece
acurrucado a su costa
En su
certeza,
Ya no miras,
descansa en mi regazo
Hermano mío.
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