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miércoles, 27 de marzo de 2013

Verde azul Sonido y valle





Kukulkán.-
Un cáncer, algo que crece,
Sonido quieto en resguardo,
Sonido quieto en papel,
Sólo ahí tiemblan asesinos.

El poder no lo siente, no lo siente,
No lo siente.[1]

Todos nosotros jugando verde valle.
Ahí[2], sin piedad,
en pasado la noche en pasado conoce quieta estampa,

Señor Uno.-
La ahuecas, sonido dividido

Señor Tres.-
¿Realidad? El espacio tiempo,

Señor Cuatro.-
El tránsito requiere de lo real en la enunciación de lo pleno.
El señorío es quien piensa en decurso la totalidad de la totalización,

Señor Seis.-
Señor es quien sistema discursos,

Kukulkán.-
¿Y qué le nombran ustedes palabra del Cristo[3]?

Señor Dos.-
Dónde.
Un suave azul acostumbrado en deseo[4],

Señor seis.-
Verde,
Calla a tarde el vuelo.

Señor tres.-
Sonido azul que tarde lo perfila,

Señor cuatro.-
Lo marca en pasado quieto y resguardo en pasado,
Otra voz,
Otro diablo,
Otra tarde venir en piel conejo,

Señor Dos.-
Piedra amarilla
Y resguardo en el paso,

Señor Seis.-
Madre conoce muchas tardes idénticas y felices,
Las noches en quien pasan la tarde las cosas
No son las cosas,
Son las cosas mismas.

Señor Cinco.-
Ahí,
quieto lucero en otro paso del tiempo.

Kukulkán[5].-
Del tiempo y el diablo osan mentir,

Señor Dos.-
No son mentiras niña, son nuestro cuerpo quien mira,
La noche,
Un jaguar,

Señor Seis.-
El pedernal en su mano
O una olla de barro,

Señor Tres.-
Los signos de tu aurora nuestro nombre y tu colocación,[6]

Señor Cuatro.-
El sueño de pasar en brazos la tarde amparando el resguardo,

Señor seis.-
El clamor amarillo azul en quien comienza el sueño,

Señor Dos.-
Los tercos apareceres, el trenzar los sueños,
La sucia colocación de oquedad y resguardo en aparecer en verdad y silencio de paso,

Señor Seis.-
Vida amarilla,
Quieto resguardo,
Una palabra quieta alada que pasa en otra tarde y otro resguardo[7],

Señor Dos.-
Así, en mentira azul lo miras,
Pasas tiempo, sucia tempestad en quien pasa el recuerdo,

Señor Seis.-
Oriente te acostumbras mentir,
Sueles sujetar así  a tus pequeños pedazo de tiempo,

Señor Uno.-
Osas pasar,

Señor Cinco.-
Osas mentir
Y entregas piedad a quien piedad te de,
Nosotros no.

Todos los señores del Sibal-ba.-
No somos ellos.

Señor Dos.-
Pasamos acostumbrada estampa en otro pedazo de piel,
En otro aparecer de pasado y de tiempo,

Señor Seis.-
Sucio clavel,
Torpe monarquía que sueña en pedazo papel la invocación de una silueta amarilla,

Señor cinco.-
El Sol,
Vuestro hijo os resguarda.

Señor Dos.-
Tú no quieres ser el vendaval de nuestra piel,

Señor Seis.-
Ahí es donde el rostro mismo es todo el pasado,

Kukulkán.-
No hay profecía sin la articulación frenética de la persona,
Un vendaval ya siempre acostumbrado a mentir,

Señor Seis.-
A sentar ocaso,

Señor Dos.-
Torpe clavel vida amarilla,

Señor cinco.-
Resguardo quieto sin pasión y oquedad,
Baila y la brilla,
Quieto resguardo la niña.

La tragedia, los signos de su noticia,
Estos acuerdos de sus señores y la brisa,
Eso que nombran en nombre y a todos nos desposee,
Emplaza.

Señor Seis.-
La ficción es sólo el mundo revelado quien se traspone.

Señor Dos.-
De la noche quien aguarda el resguardo,

Señor Cinco.-
Una vana profecía que lo delinea,

Todos los señores del Sibal-ba.-
El negro sur y el hondo valle,
Quieta piedad a quien todo lo calle,
Tu voz hermosa niña,
Tu voz y todo tu reparo de amor serán consentidos,

Señor Seis.-
Has de templar tú el verde valle,

Señor Dos.-
Así la noche nos procura en secreto tu nombre,

Señor Cinco.-
El quieto resguardo en quien todo lo miras,
Negro sur,
Oscuridad del valle,

Señor Uno.-
El rugido del jaguar blanco
Escúchalo,
Es piel tu hermano

Señor Seis.-
Y el señor de nuestros hermanos.

Todos los señores del Sibal-ba.-
El querer saber del Sibal-ba.
Conoce tu resguardo,
Lo secuestra al resguardo
Y en quieto resguardo
Invoca en devoción otra tarde,
Cualquier sur,
Palabra en piedad quien todo lo mira.

Señor Cinco.-
Así pasa la vida flotando, nombramos alguien
Así la tarde suscita el verde valle.


[1] Y esto y sólo esto es el maquiavelismo. Todo fin es sensible. La racionalidad comienza al capricho.
[2] Del ahí el así y la divisa en figura de forma quien aparece, el aparecer mismo y su nombre. Las edades del ser y la metafísica del cuerpo, la transposición de efectos. Los efectos de la transposición. Descripción y templanza del templo. La Cruz.
[3] La trascendentalidad de lo trascendente. Lo trascendente de la trascendentalidad. Nombrar y ser nombrado, palabra, ángel. Del temor los reparos, así del ángel y el temblor su espectro. Nace así el verde valle.
[4] Ahí hace al lugar del capricho el discurso de lo necesario, en la consumación lógica de la revolución: Moral y efecto, el partido a lo social. La naturalización de la socialización. El orden jurídico y el sistema.
La transposición de signo.
Las rocas, edificios invierten.
[5] Kukulkán es una posición en el principio de la palabra. Su propia palabra alada.
En paz ella vuelve, sonido quieto azul se acostumbra,
Piedad ocaso en otro tiempo alado.

De la técnica la naturalización, negra lethe.
Un fénix si la Luna aulla;
Dragones el quiste en Verde valle,
Un jaguar la sangre y sus besos.
[6] Nosotros, señores Idiotas.
[7] Todos sus huesos rotos.

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