Iris ( Siddharta i Kamala I ) (Photo credit: Jordi@photos) |
[Monje setecientos veinticuatro corta detrás del monasterio troncos en leña; aparece dentre la selva Monje quinientos ochenta y siete; vagabundeando]
Monje quinientos ochenta y siete.- ¡Este pasto! ¡Toda esta grama que no volverá!
¡Sus miserias!
¡Ay, puede así la vista liberarlo todo, todo eso que así somete! ¡Ay la selva, el tigre, los lobos y nuestros hijos!
A las olas que pasan no vuelve mas el Damma,
permanece en paso; el pueblo de dragón, antiguo resguardo,
pasa la brisa.
¿Y Siddharta?
Monje setecientos veinticuatro.- La ciudad crece,
él los contempla,
escucha el viento y resguarda manto;
no habla con nosotros desde hace tres días.
Monje quinientos ochentaysiete.- Tres días de meditación, no de tu templanza.
Monje setecientos veinticuatro.- El Damma que permanece no se consume ni pasa, es del viento su resguardo. Siddharta vendrá cuando su estómago así lo llame.
Monje quinientos ochentaysiete.- Las primeras palabras palabras, eran de Suddhodana
Monje setecientos veinticuatro.- Y ahora son el mantra de Siddharta, él canta en trance a la madrugada, ayer lo escuché vertirlo en llanto a la Luna.
El Dama que permanece no se consume ni pasa, es del viento su resguardo, om. Y así por horas
Monje quinientos ochenta y siete.- Damma, tú lo llamas tristeza, tiene el murmullo del árbol.
Monje setecientos veinticuatro.- Y el árbol posee el Damma.
Monje quinientos ochenta y siete.- El Damma que se posee solo viene al mundo por Buda.
Más posesion es bien, talla la piedra y la posees; Damma es Damma.
Monje setecientos veinticuatro.- Y del árbol, necia su flama.
Monje setecientos veinticuatro.- [da media vuelta y la espalda a Quinientos ochenta y siete. Habla consigo mismo]
¿Es?, ¿damma? ¿Antes de él?
Monje quinientos ochenta y siete.- Ser es damma, damma es, ser damma es dharma.
¡Mira! Viene Siddharta.
Monje setecientos veinticuatro.- El damma que Permanece, no permanece, no es damma, es nada. Luego permanece. Ahí Buda en Damma. Te iluminas.
Monje quinientos ochenta y siete.- ¿Y de qué que no te has iluminado?
Monje setecientos veinticuatro.- Mi iluminación es ser iluminado
[entra Siddharta caminando de manos, da un giro y aterriza ante los monjes, aterrados]
Siddharta.- Monje quinientos ochenta y siete, Palabra que te canto, dibuja tu rostro en el cielo a tu voz,
Luego caigo.
Monje quinientos ochentaysiete.- ¡Siddharta!
Siddharta.- Mundo y abismo de la noche tu piel Siddharta, ya la noche nace labio. Siddharta no existe. Canto:
Abrigo y resguardo,
noche de la abeja que imposta,
sangra la tarde a la derrota
y tus labios de miel,
Colmena si canto y el aguijón se pierde a tu orilla.
A la noche tú coloca un jarrón con agua, ingíerala en el tarde, hablaras ya de esto al rato.
Monje quinientos ochenta y siete.- Siddharta no existe. ¿Quién eres?
Siddharta.- Es Damma, no movemos las cosas, hacemos sentido, el movimiento viene en piel después al canto,
ahí tus ojos,
La colmena a la orilla,
Buda.
Monje quinientos ochenta y siete.- ¡Este pasto! ¡Toda esta grama que no volverá!
¡Sus miserias!
¡Ay, puede así la vista liberarlo todo, todo eso que así somete! ¡Ay la selva, el tigre, los lobos y nuestros hijos!
A las olas que pasan no vuelve mas el Damma,
permanece en paso; el pueblo de dragón, antiguo resguardo,
pasa la brisa.
¿Y Siddharta?
Monje setecientos veinticuatro.- La ciudad crece,
él los contempla,
escucha el viento y resguarda manto;
no habla con nosotros desde hace tres días.
Monje quinientos ochentaysiete.- Tres días de meditación, no de tu templanza.
Monje setecientos veinticuatro.- El Damma que permanece no se consume ni pasa, es del viento su resguardo. Siddharta vendrá cuando su estómago así lo llame.
Monje quinientos ochentaysiete.- Las primeras palabras palabras, eran de Suddhodana
Monje setecientos veinticuatro.- Y ahora son el mantra de Siddharta, él canta en trance a la madrugada, ayer lo escuché vertirlo en llanto a la Luna.
El Dama que permanece no se consume ni pasa, es del viento su resguardo, om. Y así por horas
Monje quinientos ochenta y siete.- Damma, tú lo llamas tristeza, tiene el murmullo del árbol.
Monje setecientos veinticuatro.- Y el árbol posee el Damma.
Monje quinientos ochenta y siete.- El Damma que se posee solo viene al mundo por Buda.
Más posesion es bien, talla la piedra y la posees; Damma es Damma.
Monje setecientos veinticuatro.- Y del árbol, necia su flama.
Monje setecientos veinticuatro.- [da media vuelta y la espalda a Quinientos ochenta y siete. Habla consigo mismo]
¿Es?, ¿damma? ¿Antes de él?
Monje quinientos ochenta y siete.- Ser es damma, damma es, ser damma es dharma.
¡Mira! Viene Siddharta.
Monje setecientos veinticuatro.- El damma que Permanece, no permanece, no es damma, es nada. Luego permanece. Ahí Buda en Damma. Te iluminas.
Monje quinientos ochenta y siete.- ¿Y de qué que no te has iluminado?
Monje setecientos veinticuatro.- Mi iluminación es ser iluminado
[entra Siddharta caminando de manos, da un giro y aterriza ante los monjes, aterrados]
Siddharta.- Monje quinientos ochenta y siete, Palabra que te canto, dibuja tu rostro en el cielo a tu voz,
Luego caigo.
Monje quinientos ochentaysiete.- ¡Siddharta!
Siddharta.- Mundo y abismo de la noche tu piel Siddharta, ya la noche nace labio. Siddharta no existe. Canto:
Abrigo y resguardo,
noche de la abeja que imposta,
sangra la tarde a la derrota
y tus labios de miel,
Colmena si canto y el aguijón se pierde a tu orilla.
A la noche tú coloca un jarrón con agua, ingíerala en el tarde, hablaras ya de esto al rato.
Monje quinientos ochenta y siete.- Siddharta no existe. ¿Quién eres?
Siddharta.- Es Damma, no movemos las cosas, hacemos sentido, el movimiento viene en piel después al canto,
ahí tus ojos,
La colmena a la orilla,
Buda.
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