De la luz el ocaso y su penumbra,
de las máquinas la totalidad aparecida,
la Vida;
brilla debida la flor en la piel,
así tu sonrisa.
Así tu sonrisa, llave toma el bolsillo,
negro pantalón digita la clave,
pasa el ojo al clavel
y arma maquinaria que sueña la piel,
oscuro reparo, negra tarde,
habla de noche y la noche misma que llama piedad en llanto
secreto y hambre debida
lo canta.
Ay señor, todos tus muertos,
Alevosía.
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