Deje de leer esto.
Sí ya lo ha hecho, muy bien,
que es ahí donde se oculta el ser,
aquí, en su juego,
donde nos aprehendemos ambos,
los dos,
abrazados unos y unos
en una misma vocación
desbocada
que desconocemos:
Todo esto que jamás se pudo decir
Sobre la preposicionalidad
de lo existido,
un rastro de instante
de lo real:
(El dejo de un poema de tu alarido)
No hay comentarios:
Publicar un comentario