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martes, 27 de abril de 2010

Alada

Si no te tengo a ti entonces no serás.
Antigua resolución de un canto, de un ave,
las siluetas posterizadas en cada estrofa,
en el aire de la cadencia que respiras, te respira y adolece de la vida.
Que se respira entre tu boca y la mía, nuestras narices,
y el aire turbio vive y que adolece de tu contacto, de tu piel
y el sabor marino que convoca al ave.
Se extenúa, se desgasta y nos pide abramos la ventana…
Y a su vuelo eres tú
que convoca en cada brisa
los perfumes de los rayos del sol
en sus alas
en tus risas.
Pero al mar se dirige a morir en el silencio azul
que se pierde donde el mundo deja de ser mundo
y retorna a ser tu risa o su silencio,
o el ámbar de tu mirar que se pierde en el tiempo de la brisa.

Mi deseo no eres tú, mi deseo es esa ave.

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