No predicas de los cielos ausentes
En la cima de las piedras de tus templos.
O de los niños que piden una limosna
por dañar las ropas del tiempo.
(Tú, semblante soez)
Son los signos que mientas
las condenas a tus pies.
Y los pies que caminan
aparte de los panes del emblema.
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