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lunes, 31 de mayo de 2010

tú sólo procuraste las olas

¡Tu no morir era tu vanidad!
La del escuchar una voz que
creíste sería la conciencia. Tu verdad.
Donde tu labor sería peor que la de los perros,
o cuando creíste que los hombres lacerarían
tu espalda y del dolor serían los nacimientos
de una estrella errabunda que maceraba el mundo.
Llamaste a eso progreso.

Entonces, tus ojos vieron los lamentos,
pero tú sólo procuraste las olas.

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