Historiografía
mexicana S E I S La concepción del proceso
U N O
La cosa, la
lucha
A
medida que avanzaba el siglo xx, esa imagen de la política mundial como un
enfrentamiento entre las fuerzas de dos sistemas sociales antagónicos (cada uno
de ellos movilizado, desde 1945, al amparo de una superpotencia que poseía las
armas de la destrucción del mundo) fue haciéndose cada vez más irreal. En los
años ochenta tenía tan poca influencia sobre la política internacional como
pudieran tenerla las cruzadas. Sin embargo, no es difícil comprender cómo llegó
a tomar cuerpo. En efecto, la revolución de octubre se veía a sí misma, más
incluso que la revolución francesa en su fase jacobina, como un acontecimiento
de índole ecuménica más que nacional. Su finalidad no era instaurar la libertad
y el socialismo en Rusia, sino llevar a cabo la revolución proletaria mundial.
A los ojos de Lenin y de sus camaradas, la victoria del bolchevismo en Rusia
era ante todo una batalla en la campaña que garantizaría su triunfo a escala
universal, y esa era su auténtica justificación.
Eric Hobsbawn, La era de las catástrofes, Historia del siglo XX[1]
La manifestación de exégesis del fenómeno trascendental de la
legislación es el presentarse a tanto presente de la situación, transcurso en
acción de la realidad efectiva nombrada.[2]
En Teoría general del proceso
de Cipriano Gómez Lara puede leerse la siguiente explicatividad:
Para entender
lo que el proceso sea, es necesario previamente referirse al concepto de
litigio, el cual, no es un concepto esencialmente procesal, porque todo proceso
presupone un litigio, pero, no todo litigio desemboca necesariamente en un proceso[BP1] ;
es decir, el litigio no tiene esencia procesal, aunque sea siempre el contenido
de todo proceso.
El litigio
forma parte, en general, de los fenómenos de la conflictiva social o sinergia
social, pues es
el choque de fuerzas contrarias, una de las características más importantes de
toda la sociedad.[3]
Cuando dicho choque de las fuerzas mantiene un equilibrio, el grupo social
progresa o al menos se mantiene estable;[4]
pero cuando las fuerzas no mantienen un equilibrio ello será un síntoma
patológico social, es decir, el grupo social entrará en crisis o se estancará.
Carlos Marx, dejó establecido, en el Manifiesto Comunista, que la historia de
la humanidad no es sino una lucha de clases. Esa lucha de grupos, de clase, de
intereses, puede lograr un equilibrio, o puede no lograrlo. [BP2]
¿Análisis historiográfico?
El nombre es el nombre del evento. A la idea del concepto se elide la historicidad por trascurso de totalidad en disponerse efectivo de posesión: trata y asistencia de atingencia estatal, presentarse de la presencia descrita.[5] El litigio es una naturalidad social.
La enseñanza.
Del litigio, realidad que de suyo la categoría compone[6], las razones son ya el emplazamiento a la estructura del acontecimiento, la acción[7]; al efecto de la concepción y la experiencia, la esfera de actividad.
Así entonces el presente de la situación, orden fenomenológico del espíritu, esfera de actividad y ya siempre se
elide en expectación de la acción el poder de la estructura del acontecimiento
al fin puro de la referencia.
El proceso, naturaleza. El fin se coloca por principio. Es el
comienzo.
El elidirse del evento al ser el nombre del evento el
presentarse es la República, lo que la ley prescribe al título[8]
de la CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS
ESTADOS UNIDOS MEXICANOS.
Cover of Karl Marx |
Y es que al orden que la exposición de una explicación
comanda –sus prescripciones prácticas de precomprensión-[9],
el pensamiento de la situación de historicidad ya elide de la representación
del poder lo real y efectivo de la historicidad reconocida que se devela
historiograficidad, de la ley ya siempre la Historia en escritura transpuesta. [10]
De sí ahí y sólo a la transposición de los transcursos las razones, racionalidad que habitamos siempre,
aún en la calle, las preposiciones, y en la totalidad de la exterioridad
humana.[11]
Eso es la ciudadanía, un extracto de razones legisladas en principio a bien
instaurar la normalidad de significantes entre uno u otro polo del Estado, lo
que la exposición naturaliza y que en la región política a la cual la
explicatividad transcurre, la cotidianeidad
muestra el paso de suscripción de la dialéctica del amo y del esclavo.[12]
Confrontemos.
Hegel, Fenomenología del espíritu, La certeza de sí mismo, 2.- La lucha de las autoconciencias contrapuestas:
La autoconciencia es primeramente
simple ser para sí, igual a sí misma, por la exclusión de sí de todo otro, su
esencia y su objeto absoluto es para ella el yo; y, en esta inmediatez o en
este ser su ser para sí, es singular. […]
Nosotros[13] no olvidemos que al hablar de autoconciencia nunca hemos abandonado el ámbito de las representaciones. La esencia de la presentación es el Yo. El representarse es la posesión del Yo. Un representamento al efecto es Yo a bien .[14] Así, la vana representación de la autoconciencia sólo habla de razonamientos, juegos de lógica al amparo del Lenguaje.[15]
[…] Lo que para ella es otro es como objeto no esencial, marcado con el carácter de lo negativo. Pero lo otro es también una autoconciencia; un individuo surge frente a otro individuo. Y, surgiendo así, de un modo inmediato, son el uno para el otro a la manera de objetos comunes; figuras independientes, conciencias hundidas en el ser de la vida[BP3] –pues como vida se ha determinado aquí el objeto que es[16][BP4] -, conciencias que aún no han realizado la una para la otra el movimiento de la abstracción absoluta consistente en aniquilar todo ser inmediato para ser solamente el ser puramente negativo de la conciencia igual a sí misma[BP5] [17]; o, en otros términos, no se presenta la una con respecto a la otra todavía como puro ser para sí, es decir, como autoconciencias. Cada una de ellas está bien cierta de sí misma, pero no de la otra, por lo que en su propia certeza de sí no tiene todavía ninguna verdad, pues su verdad sólo estaría en que su propio ser para sí se presentase ante ella como objeto independiente o, lo que es lo mismo, en que el objeto se presentase como esta pura certeza de sí mismo.[BP6] Pero, según el concepto del reconocimiento, esto sólo es posible si el otro objeto realiza para él esta pura abstracción del ser para sí, como él para el otro, cada uno en sí mismo, con su propio hacer y, a su vez, con el hacer del otro.
Pero la presentación de sí mismo como
pura abstracción de la autoconciencia consiste en mostrarse como pura negación
de su modo objetivo o en mostrar que no está vinculado a ningún ser allí
determinado[18],
ni a la singularidad universal de la
existencia en general, ni se está vinculado
a la vida.[19]
Esta
presentación es el hacer duplicado; hacer del otro y hacer por uno mismo. En
cuanto hacer del otro cada cual tiende, pues, a la muerte del otro.[BP7]
Pero en esto se da también el segundo hacer, el hacer por sí mismo, pues aquél
entraña el arriesgar la propia vida. Por consiguiente, el comportamiento de las dos autoconciencias se halla
determinado de tal modo que comprueban por sí mismas la una y la otra mediante
la lucha a vida o muerte[BP8] .
Y deben entablar esta lucha, pues deben elevar la certeza de sí misma de ser
para sí a la verdad en la otra y en ella misma. Solamente arriesgando la vida
se mantiene la libertad[BP9] ,
se prueba que la esencia de la autoconciencia no es el ser, no es el modo
inmediato como la conciencia de sí surge, ni es su hundirse en la expansión de
la vida, sino que en ella no se da nada que no sea para ella un momento que
tiende a desaparecer, que la autoconciencia sólo es puro ser para sí. El individuo
que no ha arriesgado la vida puede sin duda ser reconocido persona, pero no ha
alcanzado la verdad de este reconocimiento como como autoconciencia
independiente. [BP10] Y, del mismo modo, cada cual tiene que tender a la muerte del otro,
cuando expone su vida, pues el otro no vale para él más de lo que vale él mismo[20];
su esencia se representa ante él como otro, se halla fuera de sí y tiene que superar
su ser fuera de sí; el otro es una conciencia entorpecida de múltiples modos y
que es; y tiene que intuir su ser otro como puro ser para sí o como negación
absoluta.[21]
Esa historia traspuesta es del Estado Mexicano su verdad, posibilidad de condición del gobierno de la República.[22]
La verdad del Estado Mexicano es su propiedad. ¿A qué se obliga el Estado mexicano en propiedad al derecho de su totalidad? La transposición de la historia es el fenómeno trascendental, presentarse a tanto presente de la situación. La situación es así historiograficidad avenida.
Ahí el Estado, en Juicio, es la acometida del suceso en evento. Al ser de la acometida del suceso del Estado en Juicio lo nombramos Justicia, acontecimiento que sucede en poder.
El juicio de amparo es un juicio de acontecimiento, acometida sucede en poder.
Los Fines habrían de ser instituciones no gubernamentales que persiguieran del Estado la capitalización de lo total que por disrupciones y obrepciones económicas, corrompe la totalidad del ente en Mercado. Los fines en el Estado Mexicano son el Poder.
Lo total y la totalidad del ente son historiograficaciones a
historicidades elididas en trascendentalidades compuestas. Allí los métodos y
las privaciones de enseñanza.
Las razones puras economía, política, sociedad, cultura.[23]
De los métodos la exacción, la privación es así la preservación antropológica de certeza de paso y adecuación del instruir, naturalización de percepciones.[24]
Ni en México o en Rusia el Mercado es algo identificable, algo atenido en materia por concreto. El Mercado es el Mercado, más esto sólo dice que el Mercado es un concepto. A su concepción, el concepto no es, no está aquí o allá a un cuándo, no pertenece. La concepción es de concebir el concepto. Los conceptos saben amor al ser ahí siempre ya los comprendidos por amor.[25]
Del siglo XIX al XX. Del XIX al XXI. Del XX al XXI. El siglo XVIII.
Nosotros, los comprendedores no somos comprensivos. Lo comprensivo y su medida, la comprensividad no es, es el ente. El ente no es. Amor es ser amor amores
Del ente, lo trascendente es la entidad del ente el ente, el eterno retorno de lo igual. Condición de verdad que llamamos hecho, instancia se preserva igual.
Todo así lo que juzgamos, del habla el fundamento del poder,
es siempre. Esto es condición de poder. Las explicatividades y la composición
de Imperio al MUNDO. El funcionamiento historiológico por los respectos social,
económico, político, cultural, antropológico, natural-biológico-orgánico,
natural-material-inerte.
La palabra de Dios.[26]
La antropología y la consumación en lingüística antropológica de la totalidad de las ciencias sociales. El zoomorfismo contemporáneo es así solo el dominio de la trasposición de conceptos en el dominio de anamnesis del retorno de Mundo.[27]
Política.[28] Ahí entonces la elementalidad y la disposición de los discursos, integridad monadológica de la aspergencia de anunciaciones. La procree que a sistema crece, estructura de emplazamiento la Verdad: Metahistoria.
Una reforma educativa antes requiere edificar por plaza la institución superior que coordine la totalidad de las instancias de investigación y pueda instrumentar los cursos de comunicación inter y trans institucional a bien aprehender y reparar las instrucciones ordinaras en donde el educar pueda establecer la realización de su misión.
El objeto del educar,
No es la educación, la sustancia operativizada en proceso ya es la organización mecánica de un esquema que tiempo atrás pretendió develar las estructuras de la totalidad.
La sectorización ha servir a bien comprender el desarrollo de las sociedades y la socialidad de ellas departida. La sociabilidad como el establecimiento efectivo de Derecho por instrumentación de propiedad.
Una integración de las estructuras del Estado al educar y
formar mexicanos del Mundo.
Los problemas fundamentales de la instrumentación del educar
en cultura y la cultura en Nación al decurso de sus instituciones.[29]
La República del Estado Mexicano.
Más entonces cabe apercatarnos de la pregunta no ininterrogada: ¿Qué es la república?
La cosa que nos pertenece. La interpretación cotiadiana de la cosa.[30] La sobreasunción de la cosidad en el entorno medio. La integración de la cosidad de la cosa en la determinación de la totalidad del ente al transcurso existenciario de la entidad del ente –el ser ahí.
La manifestación de estudiantes ha de dar comienzo por el derecho de petición, de ahí entonces la resolución de los conflictos a segundas instancias.[31]
El Estado mexicano es la República. ¿Jefe de Estado y jefe de Gobierno?
El sistema político real y la existencia histórica. Del sistema político real, la idea del sistema político real. No hay más que el sistema político real. La idea del sistema político real ya es la pauta que abre la meditación teórica, La teoría del estado mexicano y la enseñanza pública y privada de la teoría del estado mexicano hoy.
Política. Ficción. Realidades. ¿Intereses? ¿Dónde y a quiénes interesa la teoría del Estado?
[1]
¿Prosa? Del mismo de quien un tal Héctor Aguilar Camín dice es mera literatura
de juventud, Henry Miller dice nunca nos recuperaríamos de su prosa. Cfr.
Jack Kerouac, En
el camino.
—Sí, claro, sé perfectamente lo que
quieres decir y de hecho me han pasado todas esas cosas, pero el asunto es que
quiero comprender los factores en los que uno debe apoyarse en la dicotomía de
Schopenhauer para conseguir una realización interior... —y siguió así con cosas
de las que yo no entendía nada y él mucho menos. En aquellos días de hecho
jamás sabía de lo que estaba hablando; es decir, era un joven taleguero colgado
de las maravillosas posibilidades de convertirse en un intelectual de verdad, y
le gustaba hablar con el tono y usar las palabras, aunque lo liara todo que
suponía propias de los «intelectuales de verdad». No se olvide, sin embargo,
que no era tan ingenuo para sus otros asuntos y que sólo necesitó unos pocos
meses con Carlo Marx para estar completamente in en lo que se refiere a
los términos y la jerga. En cualquier caso, nos entendimos mutuamente en otros
planos de la locura, y accedí a que se quedara en mi casa hasta que encontrase
trabajo, además de acordar que iríamos juntos al Oeste algún día. Esto era en
el invierno de 1947.
De teorizar se teoriza por
el medio. Teorizar por el medio. Ser la espada que ampara, de la espada la
pasión del tiempo.
Fines, Comienzo. Sólo
nosotros cuando fundadores.
Ahí entonces los medios y
su confrontar. La interpelación de los medios es la tiranía del Mercado.
¿Intelectuales?
[2]
La efectividad de su nombrarse no es, trascurre en paz hacia ser la idea unidad.
Una doctrina. Cfr. la Monarquía
davídica, el emplazamiento de su estructurarse –el Rey Saúl y los transcursos
del régimen de poder- y la estructura de su emplazamiento –el ser-ahí quien
comprende el sentido del ser ente. Historiología de instituciones –tejido
social- e historiograficidad del desiderátum, la elisión de historiograficidad
por historicidad, escritura, la disposición del Dios: Yahvé, señor de los ejércitos, la
trascendentación, y la trascendentalidad. Cfr.
Evento y referirse. El artículo y la particularización. Israel, Galilea, y la
confección del quiebre de la presentación. La Cruz y el Sitio.
[3]
Sociedad es el concepto fundamental a la exégesis de la totalidad del todo
emprendido por el criterio kantiano de la persecución de la diferencia, el
emplazamiento norteamericano de la totalización del ente en la Constitución y
su estructura documental-dogmática. Del pietismo, la trascendentación de un
dogma de apercatamiento –la disciplina y su temporación-, que de sí –escribir-,
por elisión –escritura-, naturaliza –proclama-: Naturaleza. El mitema
fundacional de América es muy simple: Todo americano tiene derecho a buscar la
felicidad. ¿Relativizar el carácter legal para el Estado de la documentalidad?
Digitalidad y ser-ahí. El Ángel y sus terrores.
[4]
El orden de la conjetura y la hipótesis como baremo de instrumentación de
cometimiento: Dirección. La categorialidad y la prescripción que la dogmática
de documentos prescribe. El remitirse de las letras al sitial. El síntoma. Para
conjeturas entonces Sigmund Freud y Moisés
y la religión monoteísta. El Estado y su elisión en Sociedad, a lo
incomprensible de lo real, el Desierto entonces:
PRIVAR a un pueblo del hombre que
celebra como el más grande de sus hijos no es empresa que se acometerá de buen
grado o con ligereza, tanto más cuanto uno mismo forma parte de ese pueblo.
Ningún escrúpulo, sin embargo, podrá inducirnos a eludir la verdad en favor de
pretendidos intereses nacionales, y, por otra parte, cabe esperar que el examen
de los hechos desnudos de un problema redundará en beneficio de su comprensión.
El hombre Moisés, que para el pueblo
judío fue libertador, legislador y fundador de su religión, pertenece a épocas
tan remotas que no es posible rehusar la cuestión previa de si fue un personaje
histórico o una creación de la leyenda. Si realmente vivió, debe haber sido en
el siglo XIII, o quizá aun en el XIV antes de nuestra era; no tenemos de él
otra noticia sino la consignada en los libros sacros y en las tradiciones
escritas de los judíos.
Aunque esta circunstancia resta certeza
definitiva a cualquier decisión al respecto, la gran mayoría de los
historiadores se pronunciaron en el sentido de que Moisés vivió realmente y de
que el Éxodo de Egipto, vinculado a su persona, tuvo lugar en efecto. Con toda
razón se sostiene que la historia ulterior del pueblo de Israel sería
incomprensible si no se aceptara esta premisa. Por otra parte, la ciencia de
nuestros días se ha tornado más cautelosa y procede mucho más respetuosamente
con las tradiciones que en los primeros tiempos de la crítica histórica.
De la privación entonces la
capitalización. La metodológica es la Clínica, reificaciones de lo humano así
privativo.
Lo humano privativo y la
privación de humanidad: El Derecho y el preservarse de la prelación –predación-
de Ley. Confrontemos en Palabrante Historiografía mexicana 7 con Guillermo
Floris Margadant.
Roma y la historiografía
mexicana del derecho. Los sistemas de enseñanza. Lo privativo en reificación
del Estado es la naturalidad del Mercado, una voz que enuncia la mano
invisible. Ahí entonces la Economía, conceptualidad.
Tradición de
tradicionalidad. El Estado y sus Instituciones. Para un paradigma de las relaciones
historiográficas de lectura. Las asignaciones pendientes de la civilización. La
raza y el espíritu de patria. La esterilidad de quien nos abandera.
[5]
Del Estado un reservarse. 30, 60, 90 años después de las inscripciones.
[6]
La socialidad.
[7]
La sociedad a la exacción sociabilidad. Asociado. Régimen de extranjería
interna. Nosotros, profesores en Chalco. Derecho es sólo todo lo sobreseído en
protesta y lucha social. Privativa y exacción de subrepción y obrepción
material. De nosotros, la filosofía, el concepto. ¿Un régimen sindical? ¿Y qué
me darían ustedes procuradores del evento? Iluminar mi vida, no sólo mis días
en lápiz amarillo y gomita de mi pastilla.
Ahí entonces obedezco.
¿Cuál es la estructura y la infraestructura de la semilla? Tenemos la voz y la
espada. Tenemos un Cristo.
Un helenismo de bárbaros,
eso es Vasconcelos finalmente. América de sol, no de orilla.
[8]
Esta sobredeterminación del contenido para con la forma es la abstracción
metodológica en la significatividad efectiva de su interdicción de acto.
[9]
Cfr. la Ideología y el Juego.
Historiológicas de nuestras trascendentaciones.
[10]
Su idea, la unidad que gestiona. El poder efectivo de lo público. Las letras.
[11]
Legislaciones. Al ahí la afirmatividad subjace. Exterioridad, que sólo por
humana es pública. El público es del signo la letra, las ropas, la totalidad
historiográfica de todo tejido. Tal y como el Templo, que sólo de él la mar
muestra su violencia o su calma. Al Sacrosantorum la elisión, la disposición de
la elisión como inmediatez, como concreto, como transparencia o como
apercatamiento de apercataciones. La realidad y su gobierno.
[12]
Por Estado, La Ciencia de la Lógica, por Gobierno, la Fenomenología del
espíritu. ¿A qué le nombra Marx sociedad? La retención kantiana en Hegel al
punto. De la persona el individuo, del
individuo el diseño del gobierno. Al punto la sociedad y la teoría del Estado.
En la sociedad la precomprensión de un Estado Natural, Derecho de facto:
IUSNATURALISMO
EL DECURSO IDEOLÓGICO DE
LAS CIENCIAS SOCIALES.
LA HISTORIOGRAFÍA COMO
DISCURSO DE SUCESIÓN DE FORMAS. EL SABER TRASCENDENTAL QUE ATIENDE POR HECHO LA
SUJECIÓN DE LA FORMA EN SU SABER, LA ESPACIALIDAD DE SU TRASCURSO EN FIGURA.
La elisión por espacio de
la figura. El figurarte y la naturalidad de apercataciones: Civilización y
ciudadanía.
LA ESTRUCTURA DE
EMPLAZAMIENTO DE LA LEGISLACIÓN.
EL DECURSO DE LAS LETRAS.
Extranjería e inmigrantes.
La condición existencial
del inmigrante, la disposición por el Trust de la vida de los hombres.
Latinoamérica y los nuevos cristos.
Maldito tú quien mi hermano
muere a tu puerta.
LA FORMACIÓN DEL INDIVIDUO
Y SUS TRANSCURSOS. De la representación de él, la interiorización del punto
narrativo que lo dispone y lo coloca en refractamentos de sitio. De la impresión
sus signos, sus controles de poder. Del poder efectividad del allí señalado por
principio, finalidad del movimiento del Estado.
El Estado, sus razones.
La posibilidad existencial
de sus condiciones. El análisis político
de inversiones y el gobierno de fundamentos. La gestión de lobby y el futuro de
las salpingoplastias electorales de la vida de América.
Y América es ahí lo que
antes dijiste por Roma.
[13]
Retengamos la Lethe.
[14]
Ahora el efecto es la representación.
[15]
Mercancías. Al punto y por respeto Naturaleza, sentido y reefectuación de la
entidad del ente: identidad, diferencia, contradicción. El trabajo no se
comercia. Es también la atingencia pura de la totalidad de los supuestos, Vida.
Entramos así al curso de la consumación lógica de las ciencias en la Biología.
Lo traspuesto por historiograficidad de un ámbito al otro de las edades del
mundo es una valoración, ideología, religión, realidad efectiva del sentido y
realidad efectiva de la reefectuación. Instante. Ahí entonces la espada a la
espada.
[16]
La historiograficidad de todas las valoraciones subyace por estructura a
objeción del emplazamiento, el signo, la temporalidad que determina todo en
Civilización.
[17]
La tiranía de la identidad. Los aparatos de organización de saberes a la pauta
del régimen de identidad, identificación e idealidad: El imperio de la analogía
del ser y su época del mundo. La compaginación de esta apercepción de
historicidad con la historiograficación de la Filosofía como historia de la
libertad.
[18]
Ser-ahí impropio. Propiedad es ser lo vinculado a ser-allí determinado. De lo
escrito el movimiento de la lectura. Determinado. El allí es propiedad del
Estado. Territorio lo marca. Cfr. la
doctrina de Hegel de la propiedad.
La propiedad, §488 de la Enciclopedia de las ciencias filosóficas
El espíritu en la
inmediatez de su libertad que está-siendo para sí misma es singular, pero tal que sabe su singularidad como voluntad absolutamente libre;
es persona,
es el saberse de esta libertad; un saber que,
como es abstracto
y vacío en sí
mismo, no tiene aún su particularidad y compleción en él, sino en una COSA
exterior. Ésta, frente a la subjetividad de la inteligencia y del albedrío, es
como algo carente de voluntad y de derechos, y se convierte por la subjetividad
en su accidente, o sea, en la esfera exterior de su libertad: posesión.
[La autenticidad
heideggeriana por la propiedad hegeliana] [lo inauténtico de Hegel al paso]
[Marx y su retorno kantiano]
Ahí a sí de la atención el
mundo, Nietzsche en la última parte de su Así
habló Zarathustra, XXI:
Yo amo a los
valientes. Más no basta con ser una buena espada: ¡precisa, además, saber a
quién se hiere!
Y muchas veces
hay más valor en contenerse y pasar de largo, con el fin de reservarse para un enemigo más digno.
Sólo debéis
tener enemigos dignos de odio, pero no enemigos dignos de desprecio. Tenéis que
estar orgullosos de vuestro enemigo. Esto ya os lo enseñé una vez.
¡Amigos míos,
precisa que os reservéis para un enemigo más digno! Por eso debéis pasar de
largo junto a muchas cosas, sobre todo junto a mucha chusma, que os apedrearía
los oídos con ruidos de pueblo y de pueblos.
¡Guardad
vuestros ojos de su pro y de su contra!
Hay allí mucha justicia y mucha injusticia: quien se detiene a mirar, pierde la
paciencia.
Ser espectador
y golpear en la masa son aquí una misma cosa. ¡Marchaos, pues, a los bosques, y
que reposen vuestras espadas!
¡Seguid
vuestro camino! ¡Dejad que el pueblo y los pueblos sigan los suyos! ¡Caminos
oscuros, en verdad, en los que no brilla ya ni una sola esperanza!
Reine el
tendero allí donde todo cuanto brilla es tan sólo oro de tenderos. ¡No es ya
tiempo de reyes! ¡Lo que hoy se llama a sí mismo pueblo, no merece un rey!
Ved como esos
pueblos actúan ya como los tenderos: ¡recogen todas las barreduras, en busca de
las más mínimas ventajas!
Se espían y
acechan unos a otros, y a eso llaman “buena vecindad”. ¡Oh, dichosos tiempos
remotos en los que algún pueblo se decía: “Yo quiero ser señor de otros
pueblos”!
Pues, hermanos
míos, lo mejor cabe dominar, y lo mejor quiere también dominar. Y donde se
enseña otra cosa, allí falta lo
mejor.
[19]
A la atención de la Historia de la Filosofía, Kant. Hegel a su respecto en el
tercer volumen de las Lecciones sobre la historia
de la filosofía, p.423:
Para
poner solamente un ejemplo de su bárbara manera de expresarse, diremos que Kant
(Crítica a la razón pura, p. 19] llama a su filosofía, por esa razón, filosofía
trascendental, es decir, un sistema de principios de la razón pura que ponen de
manifiesto lo general y lo necesario en el entendimiento consciente de sí, sin
ocuparse de objetos, ni investigar qué es la generalidad y la necesidad; esto
sería algo trascendente [Sobreseer de sentido] [La piedad y el Cristianismo].
Conviene por tanto, distinguir cuidadosamente entre lo trascendente y lo
trascendental. Matemática trascendente es aquella en que se emplea
principalmente la determinación de lo infinito [nosotros, el poderío de
verdad]: en esta esfera de la matemática se dice, por ejemplo, que el círculo
está formado por un número infinito de líneas rectas [nuestra imaginación,
reificación de elisiones]; la periferia se representa como recta: al
representarnos, así, lo curvo como recto, trascendemos de la determinación
geométrica [escrituralidad]: se trata, por tanto, de una matemática
trascendente [Pre-escrituralidad] [cfr.
al Punto, Einstein y la historiología de sus consumos]. Por el contrario, Kant
determina la filosofía trascendental viendo en ella, no una filosofía que
trasciende con las categorías su esfera, sino una filosofía que pone de
manifiesto, en el pensamiento subjetivo, en la conciencia, las fuentes de lo
que puede ser trascendente. [cfr. al Punto, las determinaciones originales para
con el Comienzo de las determinaciones de apercatamiento a la Filosofía por
Nietzsche y la metafísica de la voluntad de poder]. Por consiguiente, Kant
determina la filosofía trascendente viendo en ella, no una filosofía que pode
de manifiesto, en el pensamiento subjetivo, en la conciencia, las fuentes de lo
que puede ser trascendente. Por consiguiente, sería trascendente el pensamiento
si las determinaciones de la generalidad [ARISTÓTELES], causa y efecto se
predicasen por objeto [tal y como realiza el Derecho procesal mexicano], pues
entonces se trascendería de lo subjetivo a otro terreno. No estamos autorizados
por el resultado para pensar así [NI ASÍ Y DE NINGÚN OTRO MODO. NO ESTAMOS
AUTORIZADOS. ¿QUIÉN PODRÍA Y A QUÉ? Y ESTE ES EL PUNTO CON HEGEL (la filosofía),
EL ASÍ Y LA NATURALIDAD DEL ASÍ, UN DECURSO DE TOTALIDAD INEVITABLE QUE RESTA
del comienzo. Considerar, un dictado. De pensar, PENSADORES, QUE NO SUJETOS
PENSANTES A LA OBJETIVIDAD, consumadores], ya desde el comienzo mismo, que sólo
consideramos el pensamiento dentro de sí mismo. No nos proponemos, por tanto,
considerar las determinaciones en su sentido objetivo, sino en la medida en que
el pensamiento es la fuente de tales relaciones sintéticas; lo necesario y
general adquiere aquí, por tanto, la significación de residir en la capacidad
humana de conocimiento [Platón y el decurso de Idea].
Pero
Kant distingue de esta facultad humana de conocimiento el en sí, la cosa en sí;
de tal modo que aquella generalidad y aquella necesidad son solamente, al mismo
tiempo, una condición subjetiva del conocer, pero sin que la razón llegue, con
su generalidad y su necesidad, al conocimiento de la verdad misma. Necesita en
efecto, como subjetividad que es, para poder conocer, la intuición y la
experiencia, es decir, una materia empíricamente dada. [El transcurso de
elisión a la naturalidad que Marx resucita. Cfr.
La sagrada familia]. Son éstas, como Kant las llama “partes integrantes” de
la misma; una parte se da en ella misma, la otra es la empíricamente dada. Si
la razón pretende ser algo para sí, extraer la verdad de sí misma, será una razón
trascendente, se remontará por sobre la experiencia, puesto que carecerá de la
otra parte integrante, y engendrará tan sólo quimeras cerebrales. No será, por
tanto, en el conocimiento algo constitutivo
sino algo puramente regulativo [cfr. (Constitución) (Política)
(de) (los) (Estados) (Unidos) (Mexicanos)], será la unidad y la regla para lo múltiple sensible.
Pero esta unidad es, por sí misma, lo incondicionado, que remontándose sobre la
experiencia no hace sino caer en contradicciones. Solamente en lo práctico es
constitutiva la razón. La crítica de la consiste, por tanto, no en conocer los
objetos, sino el conocimiento y los principios de éste, sus límites y su
extensión, para que no sean excesivos. Esto es lo más general, que en seguida
pasamos a desarrollar en sus diversas partes.
Para
ello, Kant sigue un camino que consiste en considerar primeramente la razón
teórica, el conocimiento, proyectado sobre objetos exteriores. [la naturalidad
de los objetos exteriores es la Caverna, representamentos] [De ahí las
exacciones del ser que la Metahistoria de Hayden White acomete]. En segundo
lugar, investiga la voluntad, como autorrealización. En tercer lugar, la
capacidad de juicio, que es la verdadera investigación de la unidad de lo
general y lo particular; hasta dónde llega aquí, hemos de verlo también [Al
punto, Cfr. Verdad
y Método, de Hans George Gadamer]. Pero lo fundamental es la crítica de la
facultad cognoscitiva.
[20]
Acción en naturalidad de valores: Sociedad civil, de Roma todos sus vecinos.
Naturaleza es trascendentación de apercepciones.
[21]
Ya de aquí confrontemos el suprematismo que esta ideología por dialéctica
prescribe en razón y experiencia de la teoría en práctica de un Estado, su
materia: Gobernabilidad. Darwin, Marx. La naturalización del decurso de
ingenuidad en lógica de lo real y lógica de lo racional: dialéctica.
La crianza.
[22]
Recordemos que el título que encabezó en su momento la redacción del manuscrito
que llegó a ser la Fenomenología del
Espíritu de Hegel se titulo CIENCIA DE LA EXPERIENCIA DE LA CONCIENCIA.
[23]
La cosa y la integridad de sus funciones ateridas. El funcionalismo que la
gesta y en prosecución se devela y se descubre en conferencia de fines.
[24]
Humano, demasiado humano resulta el sujeto. Allí y solo de ello las
modernidades.
[25]
¿Economía de Mercado?
[26]
Su referente, siempre, siempre sus declaraciones en confección de hechos. El
silencio igual a todos nos absume.
[27]
¿Estructuras? Mito de ciencia – la Historiografía de nosotros- textualidad de
las historiograficidades. Al punto, lo avenido de la nación en Francia. Cfr. Claude
Levi-Strauss sobre Marx, Antropología estructural:
La etnología no puede, pues, permanecer
indiferente a los procesos históricos ni a las más altas expresiones conscientes
de los fenómenos sociales. Pero si les dedica la misma atención apasionada que el
historiador, es para obtener, mediante una especie de marcha regresiva, la
eliminación de todo lo que deben al acontecimiento [DIACRONÍA] y a la reflexión
[SINCRONÍA]. Su objetivo consiste en alcanzar, más allá de la imagen consciente
y siempre diferente que los hombres forman de su propio devenir, un inventario
de posibilidades inconscientes, cuyo número no es ilimitado: el repertorio de
estas posibilidades y las relaciones de compatibilidad o de incompatibilidad
que cada una de ellas mantiene con todas las demás proporcionan una
arquitectura lógica a desarrollos históricos que pueden ser imprevisibles sin
ser nunca arbitrarios. En este sentido, la célebre fórmula de Marx: «los
hombres hacen su propia historia, pero no saben que la hacen» justifica, en su
primer término, la historia, y en su segundo término, la etnología. Al mismo tiempo,
muestra que ambos caminos son indisociables.
¿Y
qué es eso que es la historia que no es la historia –la etnología- y que al tiempo –la trascendetalidad- se
muestra indisociable? La Sociedad, metafísica de la trascendentación de
apercepciones.
[28]
El Estado y su política. El [Pueblo] a la exacción social de la sociabildad en
historicidad por razón de Estado. De la política sus referéndums. Las condiciones
de Derecho.
[29]
Los hombres, los hombres siempre detrás de los nombres.
[30]
Diez fuentes a bien establecer el sentido cultural determinado de la cosa en
tanto cosa para la cultura pop mexicana y la cultura académica mexicana. La
historiograficad de la comprensión de la cosa por México.
[31]
Los recursos de lo social.
[BP1]Proceso
no es sino representatividad de representamentos.
Producción y equipo técnico para con la Ética y el
Derecho del evento, naturalidad del régimen representado de apercepciones y
apercatamientos.
Educación y estructuras profesionales del gobierno a la
totalidad del ente.
Así, elidido el comienzo, el proceso es humano, el
litigo es natural naturaleza.
¿Dónde vamos? De la persona el instrumental.
¿Soy?
[BP2]Ya
aquí esto es Marx. La lucha de clases, la teoría social, la Sociología. El
modelo de ciencia que Marx persigue.
Su desmarcarse de Hegel.
[BP3]Ya
de aquí Platón, la caverna y los ídolos en las paredes. Las estructuras de la
conciencia en socialidad.
Cfr. Saramago.
La sociabilidad es la factura de las figuras jurídicas
por estructuras de conciencia.
La fractura de ellas, la revolución. ¿A qué entonces
movilizar la gente a las calles en guerrilla y barricada?
[BP4]La
determinación inherente del Cristo para con el Qué.
La HISTORIOGRAFICAD DE LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL.
No un develamiento de la entidad, sino una disposición
a su propio develarse.
Ahí entonces el silencio y su signo.
La composibilidad por educación del Estado laico.
¿Dónde y por quién se habla entonces del Estado laico?
¿Para qué? [el por qué yace en historiograficidad de
ejecución por obrepción documental] [la totalidad de los efectos] [El
explicarse y al atender]
¿Qué rastro o apercepción a priori en forma podría
colocarse a bien dictaminar por proceso la validez, pertinencia o eficacia de
una tesis y su investigación?
[BP7]La
atención al punto que Koselleck prestaba a la analítica existenciaria del
Dasein. [Futuro pasado, para una semántica (estético-analítica) de los tiempos
históricos} [La conferencia en el aniversario de Gadamer]
De la trascendentalidad, la naturalidad del crack de la representación. De la
elisión de la naturalidad en historiograficidad, la condona de efectividades
por conceptos.
La naturalización de la concepción de conceptos es la
filosofía trascendental.
El crack de la representación es la destrucción del
espíritu.
[BP8]Comportamiento
es ingenuidad. La refracción de la condición en evento es la lógica del
Derecho, el afincarse de categorías en conceptualidad del iusnaturalismo. Cfr. Filosofía del Derecho:
La conducta simple del ánimo
ingenuo es !a de atenerse en confiada persuasión, a la verdad públicamente
reconocida y fundar sobre esta base sólida su modo de actuar y su firme
posición en la vida. [...]
Por ello Platón se ha manifestado
un gran espíritu, porque, precisamente, el principio en torno del cual gira la
sustancia característica de su Idea es el eje alrededor del cual ha girado el
inminente trastorno del mundo:
Lo que es
racional es real;
y la que es real
es racional.
Toda conciencia ingenua,
igualmente que la filosofía, descansa en esta convicción, y de aquí parte a la
consideración del universo espiritual en cuanto "natural".
[BP10]A
la atención convengamos. La persona y el reconocimiento en naturalidad de la
verdad del reconocimiento como autoconciencia independiente es el nihilismo y
su acaecimiento efectivo. El nihilismo consumado es el Comienzo su PRINCIPIO.
Por principio todo método en inicio. Del punto –la
consumación de la nada en cosa- la alegría.
Ahí nosotros, los científicos.
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