Arrebatos líricos
que reclaman tus venas.
Ding, dong.
y las agujas que convierten
tus ojos en sus velas.
ding, dong,
haces la mar y tu boca
susurra los vientos eternos.
Ding, dong,
Y a sus campanas el ave
emprende el vuelo de tus pasos
ding, dong,
Por que escribo es que existo,
y de tu piel me ingiero,
ding, dong,
ahora reversas miradas
presa de tu última inhalación.
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