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martes, 29 de junio de 2010

Todos los frutos de la tierra

Déjame amarnos en paz,
que ningún silencio se llama en soledad.
Que ningún silencio se oculta de sí.
Que ningún desierto es sin el viento del mar.
Que ninguna llama llama en silencio,
y ya siempre crepita de la madera,
del cuerpo de todos los frutos de la tierra.

3 comentarios:

  1. Suplicas un amor tranquilo?
    un amor terrenal...quizás.

    Acaso no sabes volar, no has probado el arte de amar con alas?
    Donde esté ese sentir que se quiten todos los frutos terrenales posibles...

    Si, seguro que sabes amar asi...

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  2. Ahí no hay alturas ni abismos. Ni extensiones u horizontes. El fuego es, su llama alumbra.
    Lo demás… insiste en su olvido.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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