Volutas de la sangre en la pared
se precipitan al peñasco de tus ojos
que la rosa (la violencia) no aguanta el llanto,
se despecha de la mancha (joder)
y en cada veta una rosa es tu piel.
(Descarnada, sin hueso, sólo piel)
El fuego, la sangre y el calor de ladrillo.
Levantas sueños y me esperas mis entrañas,
las tejes, las levantas, las precipitas
y ahora las letras son el peñasco (o la araña),
donde en cada gruta revelamos
nuestros ángeles y nuestros pasos.
(velamos el cadáver ausente de sus versos asexuados)
Alas, las volutas no manchan de tus robos,
pero a las letras no le atañen nuestros rostros,
o nuestros pasos o siquiera un calcetín.
(susurro: ella sólo quiere tus uñas)
De la sangre su pañuelo, de los tiempos
tus lazos en tantas palabras dichas en vano.
(Pielpielpiel en esquizofrénica pared,
acolchonada nuncasangre y la cabeza es nada
no tiene sangre
no tiene nada.)
De tantas palabras que no atañen a los dos,
de los dos que laceran el espacio,
Donde cada palabra es un abrazo
y cada brazo el verso del viento
(del papel de la inhalación y la bocanada).
escribe de las volutas la palpitación
de la sangre pulverizada
de la piel que es roca y nunca verdad o acero.
(son tus versos)
De la piel que es ocaso de la pared.
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